sábado, 17 de julio de 2010

A la Biblia a través de la jardinería

Sé que había prometido hermosos parajes y sesudas reflexiones sobre el civismo en Escocia, pero mi primera entrada guarda relación con un lugar que me cuesta trabajo definir, fruto seguramente de alguna experiencia lisérgica que, milagros de la vida, tomó cuerpo en este rincón.

Nos lo encontramos después de visitar la hermosa catedral de Elgin, un ejemplo más -hay muchos en Escocia- de alguno de los efectos de las luchas religiosas.

Ahí al lado, en un lugar privilegiado, se encontraba el Jardín Bíblico.


El objetivo está claro: dar a conocer a través de esculturas de tamaño natural, de manera didáctica, distintos pasajes de la Biblia, y la población diana se explicita en la misma entrada: la juventud dinámica y marchosa, demostrando que el amor por la Biblia no está reñido con la más rabiosa modernidad.(Para los más jóvenes: eso que lleva el gafapasta en la mano es algo así como un iPod).

El paseo por el jardín es edificante, y tan absorbente que apenas se repara en las plantas. ¿Quién se podría mostrar ajeno a la potencia de Sansón, atrapado en el instante de tirar las columnas del templo?


¿Alguien no se siente arrobado ante la escena del encuentro entre el hijo pródigo y su padre? Ese impulso hacia el venerable pater, la mirada del mismo...


¿Se puede no sentir alivio al comprobar que es ese cordero (¡sí, es un cordero!) el sacrificado, y no Isaac?
El hiperrealismo de las esculturas es impresionante: observad, queridas amigas, la caída tan natural de la túnica.
Sé que las fotos no hacen justicia, pero no os voy a pagar un billete a Elgin.

Quizás en León, donde existe el Instituto Bíblico Oriental, quieran tomar nota y emular una iniciativa similar...seguro que la juventud descarriada se lo agradecería. Así que ya saben los gestores del asunto, hagan como los de Elgin: métanse algún ácido, y déjense llevar.

2 comentarios:

  1. Caústico tu relato. Fotaza la primera y la de las amapolas con ese ... trasunto de ipod...

    ResponderEliminar
  2. Fusión, sí, reclamemos a las instituciones un poquito más de guasa para explicar ciertos temas...

    ResponderEliminar